La píldora no pesaba más que unos pocos gramos, y era aún más ligera al cortarla por la mitad. De hecho, el corte de Helena estaba tan cerca del centro, lo cual dificultaba aún más su medición, así que para determinar si una era más ligera se necesitaban básculas de precisión.
Harrison pesó ambas mitades en la palma de la mano durante un buen rato, pero no notó ninguna diferencia.
Con el estómago revuelto por de arrepentimiento, suspiró audiblemente: “Si hubiera sabido que esto pasaría, habría traído una báscula de bolsillo…”.
Helena sonrió. “No hay razón para ponerse tan quisquilloso, Señor Rothschild. Ambas mitades son prácticamente iguales”.
Harrison asintió, pero dijo: “Estoy de acuerdo, pero si esta píldora pesa 10 gramos, significa que cada gramo vale 5 mil millones de dólares. Probablemente sea el objeto más costoso que se conoce, así que aunque sean 0.1 gramos, siguen siendo 500 millones…”.
“Es cierto”, sonrió Helena y asintió. “Pero por mucho que sea sabio ser calculador,