En realidad, Hugo tenía un carácter relativamente maduro, intelectual y algo conservador.

Para decirlo en un sentido popular, era relativamente de la vieja escuela.

Siempre había tenido la arrogancia de los intelectuales en la juventud, así como el temperamento único que podría llamarse pobre en las personas.

Una persona como él generalmente no maldecía, pero si lo hiciera, sin duda sería porque ya estaba muy impaciente.

Aunque Hugo no tenía que preocuparse por su seguridad ahora, todavía no podía contener su profundo odio y resentimiento hacia Martha.

Al fin y al cabo, aquella mujer había intentado matarlo de la forma más cruel posible y, sin embargo, él la había considerado tontamente como su benefactora, a la que se sentía sumamente agradecido.

Por eso, cuando Hugo volvió a verla ahora, su odio profundamente arraigado hacia ella básicamente ya no podía describirse con palabras.

Además, nunca esperó que Martha siguiera sin ser consciente de su inminente muerte.

Así que apr