Charlie sonrió y les hizo un gesto. Después, siguió a Shawn hasta su despacho.

Lo interesante era que Charlie había conocido al menos a otras siete u ocho empleadas con la misma vestimenta y temperamento a lo largo del camino. Aparte de eso, apenas había empleados masculinos que se pudieran ver en este piso.

Así que Charlie preguntó con gran interés: "¿Por qué solo hay empleadas mujeres aquí, Señor Long?".

"¡Caramelo para los ojos!". Shawn sonrió y dijo: "Mis empleadas son básicamente todas azafatas. Todas miden más de 1,75 metros y tienen menos de veintiocho años. Les pago el doble de sueldo, pero no necesitan ocupar ningún puesto importante. Les basta con vestirse así para saludarme cada día y servirme bien al mismo tiempo".

Dicho esto, Shawn temió que Charlie lo malinterpretara, así que se apresuró a explicar: "Señor Wade, el tipo de servicio del que hablo no es nada desagradable. Es un servicio diario sencillo, normal y saludable".

Charlie dijo con indiferencia: "Ya tenía un