La otra parte dijo fríamente: “Diez Mil Ejércitos ahora ha comenzado oficialmente los servicios de escolta armada en el Golfo de Adén. Si tus hombres se atreven a poner las manos en los barcos de carga escoltados por Diez Mil Ejércitos, ¡tampoco seremos indulgentes contigo!”.

“¡M*ldita sea!”. Badr había estado en el negocio durante veinte años y nunca antes había sido amenazado por nadie. Inmediatamente se enfureció y apretó los dientes mientras maldecía: “No me importa si son Diez Mil Ejércitos o cualquier otra organización mercenaria. El Golfo de Adén es mi territorio. ¡He estado aquí durante veinte años y nadie se ha atrevido a hablarme así! ¡Si no dejas ir a mis hombres ahora, de ahora en adelante, mataré a todas las personas a bordo de cualquier barco de carga escoltado por Diez Mil Ejércitos!”.

Badr no le tenía miedo a Diez Mil Ejércitos.

Esto se debía a que era un señor de la guerra en el Golfo de Adén y tenía su propio equipo y base.

Tenía miles de hombres y docenas de bar