"¡Ahh!", exclamó Claire y se dio cuenta de que Charlie acababa de provocarle un repentino ataque. Rápidamente ella fingió estar asustada y dijo: "¡Ah! Soy tan amable de alimentar al pequeño cachorro, ¡pero en cambio me han mordido!".
Charlie abrió la boca. Mientras se comía la fresa, murmuró: "Si yo soy el cachorrito, ¿qué eres tú?".
Claire zumbó alegremente y contestó: "Puesto que soy la que le ha dado de comer al cachorrito, ¡seguro que soy la dueña del cachorrito!".
Charlie se rio: "Si yo soy el cachorrito, entonces tú eres el hueso que tengo en la boca".
Claire se rio: "Es muy ‘amable’ de tu parte describirme como un hueso...".
Charlie respondió seriamente: "¿No sabes que los huesos son los más protegidos por los cachorritos? Aunque se caiga el cielo, el cachorrito no lo soltaría. Si alguien se atreve a arrebatarle el hueso, ¡el cachorrito hará todo lo posible por defenderlo!".
Al ver la expresión seria de Charlie, Claire se emocionó. Dijo tí