Donald creía en el Feng Shui, la fortuna y los campos magnéticos.
Creía firmemente que, si una persona tenía un buen Feng Shui y buena fortuna, la persona estaría naturalmente de buen estado de ánimo, y todo le iría bien para la persona también.
Sin embargo, si el estado de ánimo de una persona se veía afectado y estaba muy alterado todos los días desde la mañana hasta la noche, no sería capaz de concentrarse en nada, y seguramente perdería el interés por todo. No sería capaz de saborear un buen vino, y una comida deliciosa no le resultaría exquisita.
Con el tiempo, el campo magnético de esta persona se vería afectado por sus emociones negativas. Esto afectaría entonces al Feng Shui y a la fortuna de la persona, lo que acabaría afectando a su propia salud física.
En el Feng Shui, todo lo que irritaba a una persona se llamaba ‘energía asesina’.
Si era demasiado fuerte, se llamaba ‘energía asesina del sonido’. Si era demasiado brillante, se llamaba ‘energía asesina de la luz’. Si el