083. MI HOMBRE
VALERIA
«Las sombras florecieron y se reunieron, tomaron fuerza durante la ausencia de la luz plateada iluminando la noche.
“Umbros”, surgió del miedo y las tinieblas, devorando el corazón de los más débiles, armando su propio ejército de espectros para desafiar a los cielos.
La Diosa tenía que hacer algo, todo era consecuencia de sus caprichos, así que tomó prestado el poder lunar de Juno, sellando a Umbros y manteniéndolo prisionero.
Pero cada cierto tiempo las sombras harán temblar los barrotes del encierro y solo una Selenia, nos podrá proteger de la oscuridad».
— Así parece que es como le llaman a tu raza, Valeria, las Selenias – Celine me dice y asiento, estoy descifrándoles el altar.
El interior del castillo estaba igual en ruinas.
Caminamos por algunos pasillos fríos, donde la brisa escalofriante creaba sonidos fantasmales, sin embargo, no aparecieron más espectros o peligros.
En el salón del trono, un sitio con medio techo derrumbado, los haces de luz iluminaban en lo alto de