Mientras tanto, en la mansión, Lily extrañaba mucho a Sean. Sentía tristeza porque anoche había dormido sola, pero ¿qué podía hacer? Casarse con Sean tenía riesgos impredecibles.
Afortunadamente, Vio y Olive la acompañaban, sin olvidar a Ben, quien siempre podía hacer reír a todos con sus bromas.
“Extraño mucho a mi esposo, ¿por qué tenemos que robar un banco?”
“¿Robar un banco?”, preguntó Vio, haciendo que Lily se diera cuenta de lo que acababa de decir.
“Me refiero al banco del corazón de Lily”, respondió Ben, cambiando de tema.
“Como yo, que estoy intentando robarte el corazón”, dijo Ben y se rió, pero con la mirada le indicó a Lily que tuviera cuidado con lo que decía.
"¡Pide su bendición a mi madre!", exclamó Vio, quien aparentemente no tomó en serio la pregunta de Lily.
“¿Tía, me das tu bendición para casarme con Vio?”, preguntó Ben a gritos, ya que en ese momento la señora Marlina estaba sentada en una habitación diferente con la tía Beti, el tío Elio y el tío Elias.
"¡Hazlo