Es viernes, pero dada que Charlize ha faltado tantos días al colegio, Luz movilizó toda la casa temprano para llevarla a clases.
-¿No puedo ir desde el lunes, Lucecita?
-No, cariño, desde hoy. Has perdido muchas clases y hay cosas que yo no te puedo enseñar en casa – ve que aparece Gerard y le pone cara de cachorrito -. ¿Papi?
-Luz ya dijo que no, mi vida.
-Ustedes no me caen bien ahora – dice ella cruzándose de brazos -.
-Te amamos – le dice Luz, agachándose para mirarla a su altura -. Y queremos lo mejor para ti. Algún día, serás la abogada más linda e inteligente. A donde sea que vayas, todos se guardarán silencio por tu belleza, pero no podrán hablar por tu inteligencia.
-Solo quiero dejar mudo a uno, pero insiste en que soy pequeña – dice con un puchero y Gerard da un respingo -.
-Mejor desayunemos, ant