Narrador:
Alicia estaba en un total estado de shock, lloraba sin cesar y temblaba de continuo, ni el abrazo de su esposo lograba tranquilizarla. Entonces Luka pidió a la cocina un té relajante
‒ Alicia te pedí un té a la cocina, ¿tienes tus pastillas para la ansiedad? – ella no le respondía – Alicia, mírame – pero ella no le obedecía – Alicia, necesito que me mires, ¡te lo suplico!
Fue allí, ante la súplica desesperada de Luka, que quitó las manos de su rostro y lo miró
‒ En mi bolso – respondió con la voz quebrada y casi en un murmullo
Luka tomó el bolso y revisó, pero al no encontrarlas decidió darlo vuelta sobre la mesa y así, sí, pudo encontrarlas. Cuando le trajeron el té, se acercó a ella para dárselo
‒ Toma cariño, bebe este té junto con las pastillas, te ayudará a calmarte
Ella cogió la taza y las píldoras que Luka le daba para tomarlas sin ofrecer resistencia
‒ Gracias – murmuró
‒ Mi vida… – Luka se sentó a su lado y acarició su espalda con ternura – le diré a Gustavo que te