Alicia:
Estar con Luka tan íntimamente y sabiendo que me amaba, era una felicidad indescriptible, todos los años de sufrimiento ahora se veían muy lejanos. Él me completaba y yo lo adoraba.
Pasaron un par de días, de más está decir que casi no salimos del dormitorio.
- Hoy iremos a cenar, ¿quieres? – me dijo entre besos
- ¿En necesario? - no quería despegarme de él, tenía miedo que todo fuera un sueño del cual despertara
- Mi amor, es necesario, sé que fui quien te dijo que te tendría en mi cama por días, pero me muero por mostrarte al mundo, quiero que todos vean lo hermosa que eres y lo enamorado que estoy de ti
¿Quién podía resistirse a semejante explicación?, yo también quería presumir de él, y ahora que tenía la libertad de hacerlo, poder besarlo en cualquier lugar y frente a todos, sin esperar que fuera él quien tomara la iniciativa.
- Bien, iremos a cenar
- ¿Te pondrías el vestido blanco que compramos para la recepción en la embajada rumana? – lo miré sorprendida
- Puedo compra