Capítulo 5

Laura Smith

Por Dios es que no la soporto, se cree la chica fresa, la princesa diana, como me molesta su actitud desde que la vi me lleve una mala impresión de ella y ahora con esto del café y las galletas, señorita Parker, que esto, que lo otro va a hacer un tormento.

Voy a la cafetería, ¿ustedes pensaron escuché las indicaciones que me dijo la estirada esa? Pues no simplemente pedí un café y las galletas ¡Soy malvada he!-supuse.

Antes de entrar toco la puerta, escucho un "Adelante".

--Señorita Parker, aquí está su café y las galletas-digo.

--¿Todo está como te dije?-me pregunta.

--Por supuesto señorita-le respondo.

Dyland me está mirando fijamente y solo mueve la cabeza varias veces y sonríe un poco.

Cuando Samantha da el primer sorbo lo escupe arriba de mi vestido y después la taza entera ¡está ardiendo!

--Dios-me quejo.

--Lo siento, no me gusto, para la próxima-dice la tonta de Samantha.

--¿Por qué lo hiciste Samantha?-le pregunta Dyland mientras se acerca a mí.

--Mi amor, nos vemos en tu casa-le comenta mientras sale de la oficina.

--¿Estás bien? ¿Te quemo?-me pregunta.

--No, solo me arde un poco-susurro sentada.

--Disculpa a veces es insoportable-informó.

--Tengo que ir a mi casa a cambiarme-le anunció nerviosa.

--No, es mejor que llames para que te traigan la ropa, no puedes salir así-reveló.

--Está bien-le respondo.

--Vamos al hospital, tu piel se está poniendo roja-me sugiere.

--No, voy a estar bien-le contesto.

Llamo a mi mejor amiga Anna.

--Hola Anna-le digo.

--Hola Laura, ¿Cómo estás? ¿Te va bien con tu jefecito?-me pregunta.

--Anna, quiero que vayas a mi casa y me traigas ropa a la oficina, por favor-le explique.

--¡Cómo! ¿Qué te paso?-me pregunta.

--Te cuento luego, ven lo más rápido posible-digo.

--Claro, voy enseguida-me responde.

--¿Se siente mejor?-me pregunta mi jefe.

--Si, y le voy a decir una cosa dígale a su novia que no le voy a pagar con la misma moneda, tengo respeto y no voy a hacer como ella una desquiciada, loca, que me tira su café encima sin mirar las consecuencias-le digo muy enojada.

--Señorita Smith, no le voy a-lo interrumpo.

--Solo dije lo que pienso y no quiero discutir con usted, mucho menos ahora-le respondo.

--Voy a estar afuera, cualquier cosa me llama-respondió.

--No va a hacer falta, pero gracias-murmuró.

Mi amiga llega a la oficina de mi jefe.

--Hola amiga-saluda.

--Hola, mira como estoy-agregué.

--Si, lo estoy mirando, pero ¿quién fue la desquiciada que te hizo eso?-me pregunta.

--La novia de mi jefe-respondo.

--¿Fue por celos?-me pregunta.

--No, como crees-le digo.

--Tu jefecito, el bombón de tu jefe me estaba esperando abajo-reveló.

--¿Cómo que te estaba esperando abajo?-le pregunto asombrada.

--Si, se acercó a mí y me dijo usted es la amiga de Laura Smith-me dice imitando su voz.

--Ok-le dije.

Me pongo la ropa que mi amiga me trajo que consiste en un vestido negro con tirantes y me maquillo un poco.

--Gracias, amiga-le agradezco.

--No hay de que-dice.

--¿Estabas ocupada verdad?-le preguntó.

--Por supuesto que no, pero me moleste-expresó.

--¡Cómo! ¿Por qué?-le pregunto.

--Porque era tu jefe quien tenía que quitarte la ropa y limpiarte no yo-expuso enojada.

--Por favor, pero por favor, que dices que te pasa, como dices que... que... mi jefe por Dios no lo vuelvas a decir-le respondo.

--Es la verdad, que quieres que diga, dicen que la verdad duele, he-me dice mi amiga.

--Te lo voy a decir, si quieres ser mi amiga no vuelvas a decir eso-le contesto enojada.

--Soy tu mejor amiga, por eso te digo lo que pienso y lo que siento-me responde sincera.

--Perdón lo siento, de verdad es que no sé cómo estoy me entiendes, es muy difícil-soy sincera.

--Lo sé, tienes una atracción por tu jefe, lo es desde el primer día que me hablaste de él, pero debes de aceptarlo-dice.

--No es el lugar para hablar de esto, ¿por qué no voy a tu casa y pasamos una noche de chicas?-le preguntó.

--Claro, te voy a esperar-respondió.

--Por supuesto-digo.

Las dos salimos de la oficina de mi jefe, en eso él llega.

--¿Está todo bien?-me pregunta mirándome.

--Claro señor-murmuró.

--Le dije que teníamos que ir al hospital, sus piernas están rojas, su piel está roja-informa.

--No, no gracias, de verdad me siento mucho mejor-le contesto.

Nos quedamos mirando por unos minutos, mi amiga querida nos interrumpe.

--Bueno Laura, nos vemos-se despide.

--Ah, gracias por todo te debo una-le respondo abrazándola.

--Me la pagas si vamos a bailar hoy, tengo un amigo que te quiere conocer-reveló.

No lo puedo creer lo que me dijo, y mi jefe lo está escuchando todo.

--Anna, hablamos eso cuando vaya a tu casa-le digo nerviosa.

--Ah, sí, me había olvidado que ibas para mi casa, pensé que nos íbamos a encontrar en el antro-anunció mirándome.

--Te dije que iba a ir para tu casa hoy-le contesto.

--Pues dejamos el antro y lo invitó a mi casa ¿Qué te parece?-me pregunta.

--Cualquier cosa te llamo-respondo un poco apenada.

Ella se va y me deja sola con mi jefe.

--Tenemos mucho trabajo hoy, vamos a seguir-me dice sin mirarme.

--Claro, señor, dígame en que lo ayudo-le dije.

--Comenzando por leer todo eso-señaló.

Es una pila enorme de documentos.

--Todo eso es para hoy-pregunto sin todavía poder creer todos los documentos que tengo leer.

--No, para la semana que viene, por supuesto que es para hoy, se lo estoy pidiendo ahora, porque es para hoy, no para mañana ni para pasado, esos documentos lo quiero hoy, quiero que me diga de qué trata y me hace un esquema ah y un breve resumen para presentar-me dice todo rápido.

Está enojado y no tengo la menor idea de que hice, solo de mirar esos informes me da jaqueca, tengo un dolor de cabeza tremendo.

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