—Bien muchacho, ¿qué haces ahí parado? —cuestionó Mackenzie en tono desesperado, a su secretario.
—Señor, tenemos informes de que alguien se metió a robar certificados de nacimiento y de defunción, el día de ayer en las revueltas.
—¿Y? ¿Por qué me debe importar a mí?, ¡dáselos al jefe de la policía y que el investigue!
—Es que usted me pidió que buscara cualquier cosa relacionada a los nacimientos de los años 70´s, y esos fueron los que se robaron.
—¿Estás seguro? —manifestó con el ceño fruncido y la sensación de peligro.
—Sí, Señor, eso dicen los reportes —concluyó titubeante.
—Bien, retírate y mantenme informado.
Mackenzie permaneció pasmado por unos instantes, pensando y meditando c