Cariño llegaste rápido, ¿a qué debo el honor? Estoy hablando con mi esposo y me sorprendo al ver a sus hermanos entrar, no lo puedo creer… ¡Bienvenidos! Disculpen que no me levante a abrazarlos, pero la terapia me dejó las piernas exhaustas.
—cuñada no hay problema, sabemos que aún estás en proceso de recuperación, es un placer conocerte en persona, ¡yo soy Matteo!
—es un gusto conocerte en persona Matteo.
—cuñada, ¡yo soy Luigi, el hermano menor y el único soltero que queda en la familia!
—ja, ja, ja, pero me imagino que es porque así lo deseas porque te deben sobrar las mujeres.
—ja, ja, ja, tampoco así.
—ellos me dieron un abrazo y luego comenzamos a platicar, aunque era más bien un interrogatorio y los entiendo, ya que soy una desconocida para su familia. Es normal que quieran saber con quién se casó su hermano o más bien quién metió en semejante problema a Federico porque literalmente él conmigo no se casó. Después de tanto platicar ellos se ofrecen a cocinar, mi esposo me llevó