El Boss de la mafia iba en su avión privado bebiendo un whisky seco, él estaba con mucha preocupación por su hija, iría a verla así le costara la vida, Nathalia era su hija consentida, su princesita, ella era tan igual a Vanessa, tenía sus mismos ojos azules, su carácter rebelde y un corazón bondadoso

Nathanael viajaba en sus recuerdos, cuando la vió nacer, como lo desveló por casi un año, él era quien se levantaba por las noches a darle el biberón, a quien ella le daba los brazos cuando cumplió los seis meses de edad, esos vestidos de princesa que Vanessa le ponía, su sonrisa cuando lo veía llegar, Nathalia era su pequeña

De pronto el celular satelital timbró, el Boss ya sabía de quién se trataba y que le iba a ir mal

— Vanessa...

— !¿Me puedes explicar por qué demonios tomaste el avión y te fuiste a Rusia sin mí?! ¿estoy pintada para ti, Nathanael? pensé que me amabas, ¿cómo pudiste marcharte a ver a Nathalia y no llevarme contigo? — la reina de la mafia estaba molesta, ofendida y d