Nathanael había contratado a dos niñeras para que cuidaran de sus traviesos hijos, Vanessa y él no eran suficiente para eso dos pequeños diablillos

Nathaniel era el gemelo que le gustaba más estar con Vanessa, era el príncipe de su mami, le gustaba estar con ella todo el tiempo mientras que Nathan era devoto de su padre, Nathanael era su héroe, apenas lo veía gateaba hasta darle alcance, el mafioso tenía una ligera inclinación hacía su segundo hijo por que estuvo a punto de perderlo

Ese día festejaban su primer añito, la señora Barbara Castrioli, era la bisabuela más feliz del mundo, le agradecía a la vida que le diera tiempo para conocer a sus bisnietos

— Querido, se que dónde quiera que se encuentre tu madre, es la abuela más feliz del mundo, mira nada más que hijos tan hermosos tienes, son idénticos a ti, además que tue esposa es tan hermosa, no faltará quién quiera venir a quitartela, pero no te dejes, eres un Castrioli, a nosotros nadie nos quita lo que es nuestro, recuérdalo, Na