La Emperatriz Heidi estaba furiosa. A través de una gran hazaña y con la ayuda del poder divino del Maestro Magaera, fue capaz de ayudar a su hijo a ascender al trono. De ninguna manera permitiría que Bella Laúd dijera tales tonterías.
Al mismo tiempo, el Príncipe Auten miraba fijamente a Bella Laúd.
“Me pregunto si el verdadero propósito de su visita era ver a una vieja amiga o crear problemas”, dijo él con frialdad.
Bella Laúd exhaló suavemente, sacó con calma la carta de auxilio y se la pasó al Príncipe Auten. “Esta es la carta de auxilio que me envió la Emperatriz Nuwa. Todo está escrito claramente en su interior. Léala usted mismo”.
El Príncipe Auten se sorprendió cuando sostuvo la carta de auxilio, la cual estaba hecha de brocado de nubes de cinco colores, y la hermosa letra de la parte superior era sin duda la de la Emperatriz Nuwa. Su corazón dio un vuelco y se quedó completamente sorprendido cuando leyó el contenido. Era como Bella Laúd había dicho: la Emperatriz Nuwa qu