Yolanda estaba hambrienta y cuando olió el aroma de la carne, sus ojos se iluminaron. "¡Qué bien huele!".
Se veía adorable con los ojos pegados a la pierna de ciervo asada en la mano de Darryl.
Darryl soltó una carcajada al ver su cara. Luego, le pasó la pierna y le dijo: "Pruébala. Hace mucho tiempo que no asaba carne en la naturaleza".
Yolanda se rio mientras tomaba la pata de ciervo asada y la mordía. La carne estaba tierna y deliciosa.
"¡Huele y sabe muy bien! Dart, ¡eres increíble! ¡Puedes hacer cualquier cosa!", exclamó Yolanda.
Darryl sonrió y asintió. "¡Come más si te gusta!".
‘¡M*ldita sea!’. Sergio estaba molesto. Le pasó rápidamente la pierna de ciervo asada a Yolanda y le dijo: "Yolanda, la mía sabe mejor. ¡Pruébala!".
Yolanda la miró y murmuró: "Está quemada y tiene un aspecto horrible. Puedes comértela tú".
Sergio se sintió avergonzado cuando Yolanda puso una cara de asco y, al mismo tiempo, se sintió frustrado. Se levantó enojado y salió por la puerta mientras co