Darryl miró a su alrededor con enojo y dijo con frialdad: “¿Quién quiere morir primero? ¡Adelante!”.

Su fuerte voz resonó a través de la tumba antigua y todos pudieron sentirla resonando en sus oídos. Todos se estremecieron de miedo, ya que él realmente era el héroe de los Nueve Continentes y sus poderes eran increíbles.

En estado de conmoción, todos se miraron entre sí, pero nadie se atrevió a avanzar.

De repente, una voz fría sonó: “¡Darryl!”.

Luego, las personas que estaban afuera de la puerta se abrieron paso y le dieron espacio a quien venía. Era el General Grunt. Su aura era intensa y la atmósfera se volvió silenciosa.

‘¿General Grunt?’. Darryl frunció el ceño y se burló. “Como enviado especial de la Región Divina, ¿también estás tras el tesoro de esta tumba?”.

Mientras hablaba, se volteó para comprobar la situación de Yvette.

El rostro de Yvette todavía estaba rojo y sus ojos estaban aturdidos. Parecía que no podía soportarlo más.

El General Grunt no respondió a las burl