Fue la maestra de secta de la Secta Fantasía quien le había ordenado a la Señora Pandora que robara la Escritura del Jade Sagrado. La Señora Pandora se sobresaltó por las palabras de Rosalinda, pero no lo demostró. “Si ese es el caso, entonces deberíamos irnos pronto”.

Estaba a punto de reunir a sus guardias y criadas, pero Rosalinda la detuvo. “¿Cómo planeas lidiar con Darren?”.

“Bebió un poco de vino, así que debería estar dormido en este momento. Nos iremos en silencio y él no se dará cuenta. Darren es mi amigo. Por favor, perdónele la vida”, dijo la Señora Pandora en voz baja. Luego, como si el pensamiento se le hubiera ocurrido de repente, dijo: “No se preocupe. No le dije nada en absoluto”.

Su corazón latía salvajemente contra su pecho. La Secta Fantasía era muy misteriosa y no permitía que otras personas se entrometieran en sus asuntos. A pesar de que Darryl solo se había topado con la Señora Pandora allí, ella sabía que había roto un reglamento de la Secta Fantasía.

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