Una risa siniestra salió del espacio entre las rocas. “¡Pff! Muchacho, pensé que eras poderoso. Ven y atrápame si puedes. Te diré dónde están esas personas después de que me atrapes”.

‘¡Mald*ción¡’. Darryl se maldijo a sí mismo y se enfureció mientras corría hacia el agujero.

Una vez dentro, vio que la brecha era realmente estrecha y que el túnel que conducía al interior estaba desordenado y complicado. Era como un enorme laberinto. También vio que el Diablo del Espejo estaba parado no muy lejos de él.

El Diablo del Espejo tenía una sonrisa malvada cuando vio que Darryl se había adentrado.

“Eres valiente, muchacho. ¡De verdad tuviste las agallas para venir aquí!”, dijo con un brillo malvado en sus ojos.

El Diablo del Espejo había atraído a Darryl allí intencionalmente. Estaban en la Tumba del Espíritu Maligno, el cual se encontraba en el centro del Caldero del Rey de la Muerte. Las auras malvadas se reunían allí y también había una Pagoda Demoníaca en el fondo; era extremadamente