"¡Santo Maestro!".

Cuando vio eso, Diana se preocupó mucho. Su corazón casi se le subió a la garganta y gritó: "Esto es un malentendido, él no es...".

Diana quiso decir que era Darryl, pero Alan la interrumpió.

"Maestra del Altar Olsen, no tienes que hablar en nombre de Darryl". Alan puso cara de asco con una sonrisa fría y malvada. "Todo el mundo sabe que Darryl es tu discípulo, pero ha secuestrado a Chang Er; ¡no hay que perdonar su crimen!".

"Este tipo es su cómplice, así que ¡no podemos dejarlo ir!".

Los ojos de Alan se clavaron en Darryl, y se rio para sus adentros.

‘Con el Santo Maestro aquí, incluso si sobrevives a esto, Darryl definitivamente sufrirá heridas graves. Sin embargo, ese tipo ha logrado recibir un golpe del Santo Maestro, así que tampoco es una persona sencilla’.

"Tú...".

Diana frunció el ceño y estaba furiosa mientras miraba a Alan. Estaba tan enfadada que no podía hablar.

‘¿Qué le pasa a Alan? Es obvio que esa persona es Darryl. ¿Cómo no puede ver eso?’.