¡Noo! Ni se te ocurra ir por ese lado Alessia, olvídalo, ni siquiera lo sueñes mujer.
Me regaño mentalmente al sentir que caigo en la tentación de volverme a enredar entre sus brazos como esa noche por sobre todo con lo guapo que se ve hoy.
Lleva unos jeans ajustados a sus piernas, por sobre todo a ese trasero tan deliciosos que tiene.
O como esa camiseta se le amolda tan bien a esos músculos que antes ni tenía pero que ahora se le ven deliciosa mente apetecibles.
- ¡BASTA! - grito en voz alta llamando la atención de todos a mi alrededor, lo que hace que me quede de piedra por mi exabrupto.
¡Maldición!
Ahora pensaran que estoy loca.
- ¿Seguro estas bien? - pregunta Alexander tocándome el hombre con esas manos qué me recorrieron el cuerpo entero hace un par de semanas.
- S-sí, si estoy bien. Sigamos - le digo soltando un suspiro