Vladek abrió la puerta dejando que el aire entrara a su cuarto. Delante de esta había una bandeja con el desayuno preparado, alimentos simples y fáciles de digerir. El lobo sonrió. Izen siempre pensando en todo.
Habían pasado dos días desde su reencuentro con Jade y desde ese momento solo habían estado haciendo el amor. Solo deteniéndose con intervalos para comer, sobre todo Jade y para dormir un poco. Pero en cuanto se despertaban volvía a sumirse en el mar de placer sin poder sentirse satisfechos.