Capítulo 3 – Una visita inesperada.
Charlotte se portó como una verdadera amiga, fue la única que supo estar ahí para mí en un momento como aquel, cuando tanto necesitaba a alguien en quien apoyarme.
Apenas me preguntó mucho sobre lo que había pasado, tan sólo me preparó algo de cenar y me ayudó a ducharme, lloré hasta altas horas de la noche, y luego me quedé dormida, mientras mi amiga me arropaba con cariño.
Jaume no volvió a casa al día siguiente, aunque me escribió un mensaje desde un número que no conocía y me puse que no me preocupara, que tenía trabajo que hacer.
Ni siquiera pude contestarle a su insinuación, pues de nuevo el