— ¡¡Eres una mierda!! —grita David Alberto, señalando al hermano de Begum, quien alza como bandera una toalla blanca— ¡Deja eso en donde estaba!
— No necesitan tantas toallas —señala Yaro, acercándose a la salida— y yo no pienso compartir con Abraham.
— Te aseguro que su idiotismo no es contagioso.
— No me pienso arriesgar.
Begum suelta suspiro cansado, es obvio que esa riña iba a seguir más tiempo. No entiende por qué su hermano y su Imre se llevan tan mal, ¿era alguna clase de normativa entre hombres o se debía por ser de la misma edad? Para ella, lucen como dos perros ladrando de casa en casa, pero al estar enfr