Narrado por Dr. Nick Brown

El control colapsó con el sonido de su llanto.

Estaba a punto de emitir una orden, de recordarle que su irracionalidad era un riesgo para nuestro acuerdo, cuando la vi romperse. No fue una lágrima; fue un torrente silencioso, una rendición total. Se cubrió la boca con la mano, pero el temblor que recorrió su cuerpo era el de un edificio que cede a la presión.

Me quedé paralizado. Mi cerebro, entrenado para responder a la sangre, al paro cardíaco, a la falla estructural, no tenía protocolo para esto. Las lágrimas no son quirúrgicas. La emoción no es lógica.

Mi primera interpretación fue clínica: Shock emocional retardado. Posiblemente causado por el trauma de la herida combinado con el estrés del embarazo.

Mi segunda interpretac