Me quedé en silencio. ¿Cómo le puedo decir a ellos que estaba soñando con la persona que no debería de soñar? ¿Qué había conocido en este día, pero que aún así no podía dejar de pensar en él? Me sonrojé un poco, limitándome solo a seguir mi silencio. No quería decir nada. No quería responder nada. Porqué no quería decir: Estaba teniendo una cita imaginaria con Arthit. No. No podía. Reí.
—¡Nada! Recordé… Recordé cuando iba a visitar a mi familia en navidad, sí, eso —mentí. Dean frunció el ceño, y Jay carcajeó. Sabía que yo mentía, así que agradecí que no dijera nada.
—Bueno, si es lo que piensas de acuerdo —me alivié cuando Dean le besó en la frente a Jay—, pero creo que tenemos que irnos. Ya es momento de clases. ¿Qué les parece si cuando salgamos, vamos al café azul?
—¿El café azul? —pregunté, abriendo los ojos recordando las palabras de Yos.
—¡Si! —sonrió divertida Sama—, es el lugar más codiciado de todo el campus. Es un lugar para divertirnos, socializar, y encontrar el amor. M