—¿Te das cuenta de que dejé a mi acompañante solo en esa fiesta? —entré a la casa de Mikkel y me saqué de inmediato los tacones—. ¡Tú chica estará muy molesta!
—Elegiste al peor acompañante del mundo, se veía muy contento sin ti —se sacó el corbatín y llevó su mirada a mis piernas descaradamente.
—Eh ¿hola?
Subió