"Hola, guapo. ¿Estás solo?"

A lo lejos, un grupo de chicas de pueblo observaban con interés a su futuro novio. Además, lanzaban frases llenas de tono de seducción, ¿quién no se molestaría?

"Mira esos músculos de su cuerpo, qué fuerte es. Quiero abrazarlo".

Lolita miró con furia, la mujer que se atrevió a decir eso era la hija del jefe del pueblo. Con razón, se siente la más poderosa. ¿No puede ver, que ella está ahí? Pero cómo se atreve a hablar así con Diego. Qué más si no es que intencionalmente quiere seducirlo.

"Sí, me estoy derritiendo. Si no me equivoco, no eres de este pueblo, ¿verdad?"

Esta vez quien habló fue una de las hijas del dueño de la tienda de la intersección. Una pandilla con la hija del jefe del pueblo. Como es costumbre en el día, suelen venir en grupo al río para lavar la ropa. Lolita se sentía extrañada, ¿acaso no tienen agua en sus casas? ¿O es solo una excusa, pero en realidad solo quieren jugar?

Molesto.

"¡Ehm!" Lolita tosió. "Vamos, sube rápido", le dijo Loli