Dan llega a la casa familiar con todo el alboroto que su madre puede hacer por eso. Mary corre hacia él para abrazarlo y él se deja querer por las otras dos hermana que ya están allí.
Tanto ella como Alice lucen radiantes, ambas están embarazadas y Dan siente que al menos, a través de ellas, puede vivir un poquito de lo que se perdió.
-¿Cómo está el hermano más fabuloso del planeta? – le dice Alice, apretándole las mejillas -.
-Bien, tratando de salvar al mundo de a poco.
-Por cierto – se acerca Doris -, te felicito. Vi en el New York Times la hazaña que hiciste con ese desgraciado.
-Yo solo ejecuté lo que mi amiga y colega necesitaba, pero fue ella quien reunió todas las pruebas, los testigos, brindó protección a todas las víctimas y ahora están ayudándolas a reinsertarse, a reencontrarse con sus familias.
-¿Lo está haciendo sola?
-No, está trabajando con un programa del alcalde – caminan hasta la sala y se sientan los cuatro