El corazón de Rachel Blaine no dejaba de latir desbocado.
¿Cómo era que ese hombre desquiciado podía decir palabras como esas con tanta simpleza? ¿Qué se había enamorado de ella?
Eso no era lo que Rachel Blaine recordaba. De hecho, había sido todo lo contrario: su expresión era fría, incluso el día