En un restaurante de la ciudad estaba un hombre de tés clara, alto y maduro con al menos unos (75 años) vestía un traje elegante y su porte era parecido al de su hijo José Luis solo que este es más adulto. Estaba algo nervioso, se sentó en la mesa del fondo y le pidió al mesero un café. El mesero lo trajo y Luis Alberto se disponía a beberlo Cuando vio llegar aquel al que él conocía como el león.
—Luis Alberto, tiempo sin verte mi estimado amigo. Dijo el León.
—Tú y yo no somos amigos, hace tiempo que dejamos de serlo, hace tiempo deje lo único que teníamos en común, o más bien quise decir deje lo único que tenía en común contigo. ¿Qué es lo que quieres?
—Jajajaja…que te pasa, te veo muy tenso amigo mío. Y si, tienes razón tal vez ya no tenemos los negoc