POV AMELIA.
Cuando desperté ya era tarde y la habitación estaba oscurecida debido a las cortinas cerradas, pero algo de claridad aún pasaba a través de ellas. Me estiré y salí de la cama. Magnos no estaba en la habitación. Sentí su ausencia, me estoy volviendo dependiente de ese macho y eso no es bueno. Tengo que mantener mi independencia por la que tanto luché. Pero no puedo resistirme al cariño de ese lobo malo.
Fui al baño y tomé un buen y relajante baño en la bañera. Me encantaba pasar horas en la bañera, pero hoy no podía. Necesito saber por dónde anda mi amigo, a quien aún no he visto hoy. Y saber cómo están las cosas entre él y Cecilia.
Salí del baño envuelta en una toalla y fui al armario de Magnos, para tomar una de sus camisas y poder ir a mi habitación a vestirme. Cuando entré al armario, me sorprendí al encontrar mi ropa y todas mis cosas ordenadas allí. Magnos mandó a traer y ordenar todo lo mío en su armario. ¿Hizo espacio en su infinidad de ropa para poner la mía?
—