MAXIMO

MÁXIMO CAPWELL 

8 AÑOS DE EDAD

Veo a Priscila llegar con su mamá, como siempre lleva esos pantalones gastados y su cabello está en una coleta, la veo reír con papá y luego entra a casa. 

Llegó

Ese día que le afloje los tornillos al columpio para que se cayera fue épico, reí todo el día y la noche, y hoy aún cuando han pasado casi 24 horas, me causa risa. Lo que me sorprendió es que no me golpeó ni nada, solo se fue enojada, creo que ya esta aprendiendo a no meterse conmigo, porque le puede ir mal. 

Salgo de la habitación listo para ponerle una cucaracha en la blusa pero me detengo cuando oigo una conversación de mis padres en su habitación, la puerta está cerrada, pero por el oyó de la chapa puedo ver lo que esta pasando. 

— No me importa Daniel, estoy harta — esa es la voz de mamá 

— Entiende que no puedo hacer eso, además necesitamos que esté aquí— papá habla calmado, el esta sentado en el sillón y mamá de pie frente a él 

— Eso dices desde que llegó a la casa, entiende una cosa Daniel, si tu no lo haces, lo haré yo — dice firme mamá 

— Dame tiempo para conseguir otra cosa, no es bueno que quede de esta forma —papá se pone de pie y besa la frente de mamá — Por favor —le pide 

— Esta bien — ella lo mira — Te daré 3 años, porque quiero que consigas todo, para así ya no estar preocupados por eso —

— Eres increíble — dice papá — Te amo Eleonor — mamá sonríe y se empiezan a besar. 

Guacala

Con una mueca de asco me alejo de ahí para llegar donde la “chimuela Priscila” y poner la cucaracha en su ropa, bajo las escaleras despacio y la veo arrodillada en el piso, no entiendo que hace ahí, por lo general ahorita debe estar con Gaby, pero no, está aquí. 

— Mami, lo siento — dice llorando 

— No te preocupes mi amor, lleva esto a la mesa para que coma el señor antes de irse —

— No volverá a pasar, es que estaba muy caliente y…—

— Fue mi culpa por no haberte dado guantes — ríe la mamá de la chimuela — Todos cometemos errores — le tiende el plato — Lleva esto, que yo termino de limpiar —la chimuela lo agarra y va caminando al comedor, miro donde estaba arrodillada y veo otro plato con comida ya en el piso. 

Se le cayó. 

Me acerco lentamente por donde fue Priscila con el fin de poner a la cucaracha en su ropa pero cuando llego al comedor, ella ya no está mis cejas se hunden en confusión y miró alrededor, a lo lejos la veo en el jardín, sentada en el columpio que ayer afloje. 

¿Ella lo arreglo? 

Voy a salir para hacer la broma pero papá me llama, suspiro y voy donde el. 

— Dime papá — el me sonríe 

— Máximo, quiero que hoy en el almuerzos coman la señora que cocina con su hija —

— ¿La chimuela? — pregunto con el ceño fruncido, papá me mira mal 

— No hay que insultar a las personas hijo —

— Perdón papá, pero a esa niña le falta un diente —

— Esa niña de llama Priscila, y esta mudando los dientes, como tu lo hiciste el año pasado ¿recuerdas? — asiento porque a mi se me cayeron dos al mismo tiempo 

— Si papi —

— Te digo que comerán con nosotros, porque quiero que seas educado, es el cumpleaños de la mamá de Priscila y compré una torta para celebrarle —lo miro 

— Esta bien papi —

— Ese es mi campeón — me abraza, ahora vamos a comer que ya debe estar servido — recuerdo el plato quebrado y sonrío con malicia 

— Papá a la chimue… — me callo cuando miró como me ve papá — A Priscila, se le cayó un plato y lo quebró —

Ahora, la van a regañar. 

Pará mí sorpresa el ríe a carcajadas y me carga mientras bajamos las escaleras. 

— Hijo, todos cometemos errores — me mira — No hay problema — mis cejas se hunden — Además, un plato es solo un plato, lo bueno es que ella está bien —

Papá debe estar loco, se alegró porque un plato se quebró. 

Llegamos al comedor y ahí está Gaby, mamá, tomamos asiento y oramos por los alimentos, cuando vamos a comer papá se pone de pie y nos pide que le escuchemos, llama a la chimuela su mamá al comedor. 

— Hace seis años, Clara trabaja en esta casa, nos ayudó a criar a Máximo y Gaby y hoy cumple un año más de vida — Gaby aplaude feliz, la imito porque la señora me cae bien, es amable, cuenta muy buenas historias y hace una comida riquísima. 

— Felicidades Clara — dice Gaby 

— Bravo mami — la chimuela la abraza y ríe, noto el huevo en la boca y me rio 

— Por esta razón, es qué — papá le hace una señal a la chimuela — Fui a la mejor pastelería y compre un gran pastel de fresa y chocolate — el pastel viene de las manos de chimuela Priscila, estoy tentado a ponerle el pie para que se caiga peor porque ese pastel es para Clara, no lo hago. 

— Oh por Dios, muchas gracias — Clara sonríe — No me lo esperaba, no tenía porque hacer esto —

— Te lo mereces por tu trabajo impecable y por todo lo que has hecho por nosotros — papá enciende la vela y pide que cantemos el “Cumpleaños feliz” 

Lo hago feliz y noto como la chimuela canta con una gran sonrisa, me imagino que esta feliz por su mamá, cuando terminamos, papá pide la gaseosa, Gaby va por ella y la chimuela, le ayuda a servir, ambas traen los vasos, pero papá dice que comamos primero para después disfrutar de la torta, invita a Clara y su hija a comer con nosotros y ellas acceden con vergüenza. 

Se sientan en la mesa y comenzamos a comer, Clara hizo un delicioso espagueti con albóndigas que está riquísimo, siempre me como él espagueti primero y dejó las albóndigas al final, cuando ya las voy a comer pido más espagueti, me llevo una albóndiga a la boca mientras cierro los ojos disfrutando su sabor. 

Pero algo sucede. 

Abro los ojos de inmediato ya que el delicioso sabor es reemplazado por algo picante, y amargo, cometo el error de tragarme la albóndiga y ahora siento que mi garganta se quema, junto con mi lengua y boca, tomó el jugo de una vez pero para mi sorpresa también está picante.

Miro a todos en la mesa y me ven como si estuviera loco, me pica la boca, me quema la garganta y me palpita la lengua, me pongo de pie y voy por agua a la cocina, ahí encuentro un vaso ya servido y sin importarme, me lo bebo pero este también está picante y lo que siento es mucho peor. 

¿Jugo picante hicieron hoy?

¿Quién hace eso? 

— Max — vuelvo al comedor — ¿ Estás bien? — papá pregunta y yo no puedo hablar, voy y me tomo los vasos de gaseosa de todos y al fin siento calma. 

— Si… papá… es que… me… engaliye — me siento en mi silla y espero un momento antes de volver a comer, pero esta vez algo llama mi atención. 

Una sonrisa aparece en mi campo de visión y la miro, es ella, lo sabía. 

Chimuela Priscila. 

Se cobró la broma del columpio y de una manera tan ingeniosa, entrecierro mis ojos hacia ella y solo me guiña el ojo. 

Esta malvada. 

— AHORA A COMER TORTA — grita papá y todos aplaudimos — Felicidades Clara —ella ríe 

— Feliz cumpleaños mami — Clara besa la frente de su hija, la chimuela me mira con la cara más inocente del mundo y comienza a comer torta como si no hubiera hecho nada 

Pero esto, no se quedará así. 

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