Adriano y Fiorela estaban radiantes, estando en plena luna de miel eran muy felices, a ella ya se le notaba el embarazo, el abogado no podía estar más feliz.
— Llegaste, disculpa por interrumpir tu importante viaje. — El CEO ruso le daba un fuerte abrazo a su mejor amigo, quien había estado con él en las buenas y en las malas, quien lo acompañó en sus muchas noches de desvelo cuando solo podía pensar en encontrar a Isabella y a sus hijos.
— No podía no venir, este es un momento muy importante para tí y para la mujer que amas. — Respondió el abogado.
Isabella los escuchaba pero no sabía a qué se referían.
— Adriano, que pena contigo, la bebé no ha querido nacer todavía, y mira, tu interrumpiste tu viaje para su nacimiento. — La chef hizo un gesto de lo siento.
— No te preocupes Isabella, por supuesto que nos gustaría estar a Fiorela y a mí en el nacimiento de la nena. Pero... no estamos aquí exactamente por eso.
— ¿Cómo? Entonces... ¿Por qué interrumpieron su luna de mie