La tristeza del señor Smith, un rayo de luz.
— ¡Es una nena, Pero que bien supieron esconderlo, felicidades Isabella! Por un momento pensé que tendrías solo niños Ivanov, lo que llevaría a Sergey a complicarse por a quien poner al mando de sus empresas.
Ismael abrazaba a su hermana, estaba feliz de saber que tendría una sobrinita.
— Muchas gracias Ismael, también me alegra que tú vayas a tener un varoncito que siga tus pasos y te suceda en el futuro. Llegué a pensar que no te casarías nunca, con lo frío e indiferente que siempre fuiste. Creí que en el futuro te tendría que prestar a uno de mis trillizos para que fuera tu aprendiz.
— Por supuesto que no, no puedo prestarle a uno de mis trillizos a Rossi, los necesito a los tres, ya les tengo designadas sus áreas. — El CEO ruso saltó de inmediato, a él no le quitaban a ninguno de sus pollitos.
— Pero que egoísta resultaste ser, ruso, yo recibí a los trillizos, los arrullé y los cargué por noches enteras, deberías de prestarme uno, tu tienes muchos hijos.
— Puede ser q