Pov Nikolav
Acabo de ir a dejar a Lena y ya la extraño. Maldita sea esa caliente gringa se me está metiendo hasta en los huesos y no estoy haciendo nada para impedirlo, también es que no quería. Su cuerpo, su voz, sus ojos, su personalidad todo en ella me atrae de una manera inexplicable.
—Señor.
—Dime Cipriano.
—Acaba de llegar este sobre— mi ceño se arruga— no tiene remitente— lo deja encima del escritorio.
—¿Quién lo trajo? — pregunto mientras lo abro.
—Un mensajero. Lo interrogamos, pero no sabía quién lo enviaba, solo recibió órdenes de su jefe— asiento.
Leo una y otra vez, no creyéndome lo que veo. Miro las fotos que en este contiene y veo rojo. Me llevarla rápidamente saliendo de mi despacho.
—Cipriano —gruño—. T