—Váyase —la voz de Cecilia temblaba—, si vuelves a molestarme, voy a publicar nuestro certificado de matrimonio en internet, para que todo el mundo sepa que Noa es una amante que rompe familias.
Bosco escuchó esta amenaza y dijo con sorna: —¿no fuiste tú quien pidió el divorcio primero?
—Porque ella intervino primero.
El hombre permaneció tranquilo, dijo en tono ligero: —entonces, nunca puedes divorciarte de mí.
¡Le estaba amenazando él! Cecilia odiaba a ese hombre porque desde que estaba con él, nunca se había pasado bien.
Bosco frotó los delgados dedos de la mujer suavemente, dio su diagnóstico: —No te fracturas los dedos.
—Deseas que sí.
—No, pero si te atreves a pedirle los 40,000,000 dólares a Criz, te romperé los dedos.
Cecilia gritó: —¡psicópata!
Ella le empujó y Bosco no la detuvo, dejando que saliera del coche y se alejara a grandes zancadas...
Después de la mala noche, no volvieron a ponerse en contacto.
Ella no podía verle en persona, pero siempre había noticias sobre él en