"Cariño, ¿por qué tu cocina es tan deliciosa?". Shaun se lamentó de nuevo. "Quiero comerla por el resto de mi vida".

"Sí. Una vez tuviste la oportunidad de comerla por el resto de tu vida, pero me echaste". Catherine se levantó y recogió los platos. "Regresa. Ya es tarde".

Cuando ella se dio la vuelta, Shaun se acercó por detrás y puso los brazos alrededor de la cintura de ella.

“No quiero regresar. Quiero quedarme. Puedo dormir en el sofá".

"Shaun, no soy cualquier otra mujer", Catherine dijo solemnemente. “Cuando me acosté contigo antes, lo que recibí a cambio fue tu falta de respeto y píldoras anticonceptivas. Esta vez, quiero amarme más. No quiero entregarme tan fácilmente”.

Shaun se quedó sin palabras. Era culpa suya por haber hecho tantas cosas desagradables.

Si él hubiera sabido que este día existiría, habría retrocedido en el tiempo y se habría dado puñetazos unas cuantas veces.

En el pasado, él nunca había apreciado dormir con ella. Sin embargo, ahora, ni siquiera podía