Aníbal
Pareciera que yo era el único dispuesto a hacer sacrificios, y el único que servía aquí. Puesto que al volver a mi manada, me había dado cuenta de que estaba rodeado de puros imbéciles y tontos.
Daba la impresión de que si quería algo bien, yo tenía que hacerlo yo mismo.
—¿Cómo que no sab