Parte 4...
— Tengo - ella sonrió y bajó el pie — Dos más.
Él arqueó una ceja con curiosidad.
— No te preocupes. Cuando me veas en bikini, descubrirás las otras dos. No están ocultas.
— ¿No puedo verlas ahora?
— No - ella puso un puchero y rió — No seas abusivo, esposo. No voy a quitarme la ropa para ti.
Él pensó que eso era una lástima. Sería muy bueno.
— Un esposo puede ver a su esposa desnuda - provocó él.
— Sí, pero cuando es un esposo de verdad. Tú eres solo un adorno para mí y viceversa. Tenemos un acuerdo.
Su corazón latió con fuerza. Sí, había un acuerdo por escrito, pero eso no impedía que su mente divagara.
— Vamos a comer, ahora tengo hambre. El olor del café es muy bueno.
Él asintió y se sentó a la mesa. Empezaron a comer y a hablar sobre lo que iban a hacer. Nicolás avisó que tenía una reunión y que estaría fuera durante tres días.
— ¿Ya? - ella frunció el ceño.
— Ya tenía esa reunión programada.
— Vale, pero recuerda que todavía tenemos que aparecer como recién casados pa