Las resacas apestan.
Especialmente cuando no puedes recordar lo que pasó esa noche o por qué diablos te despertaste en la cama de otra persona usando nada más que ropa interior y una camisa negra de gran tamaño que ni siquiera te pertenece.
Me arrojé fuera de las sábanas oscuras y miré a mi alrededor. El pánico me inundó.
¿Sigo siendo virgen?