Divorcio por Traición, Boda con Multimillonario
Divorcio por Traición, Boda con Multimillonario
Por: LiLhyz
Capítulo 1
¿Qué pasaría si la esposa legítima confrontara a la amante de su marido?

Raquel imaginó que permanecería serena. Después de todo, ella tenía la razón y todos los motivos para luchar, pero su cuerpo temblaba involuntariamente por la rabia. Era difícil contener el odio que sentía por la mujer frente a ella.

"¿Qué haces aquí?" preguntó Clara Montes, la joven amante.

Raquel Álvarez Martínez, de veintisiete años, la esposa legítima y destacada diseñadora de joyas, respondió con fiereza: "Decidí luchar por mi matrimonio."

"Pero ya aceptaste el divorcio." Replicó Clara, entrecerrando sus grandes ojos azules al mismo tiempo que su rostro se ensombrecía.

Ignorando a Clara, Raquel intentó pasar junto a ella, pero la mujer la agarró por la muñeca y señaló: "Estoy embarazada del hijo de Bruno."

Apartando su brazo, Raquel dijo secamente: "Necesito hablar con…"

"¡Ahhh! ¿Señorita Raquel? ¿Por qué me hizo esto?" Antes de que pudiera darse cuenta, Clara estaba tendida en el suelo, gritando: "¡Bruno, me empujó! ¡Ayuda! ¡Nuestro bebé!"

Estupefacta, Raquel quedó impactada por el teatro de la chica; había visto escenas así en las películas, donde la amante fingía ser maltratada por la esposa, pero no esperaba eso de una chica de veinte años con apariencia inocente.

Bruno Martínez, el esposo de Raquel, corrió hacia ellas con la furia reflejada en sus ojos. En el momento en que Raquel encontró su mirada, una fuerte bofetada golpeó su rostro, enviándola sin gracia, al suelo de baldosas.

"¿Cómo pudiste, Raquel? ¡Sabes que Clara está embarazada! ¿Por qué intentas quitarme lo único que tú no pudiste darme?" Gritó Bruno mientras la señalaba con un dedo. "¿Qué haces aquí? ¿Viniste a causar problemas? Sé que estás enojada conmigo, pero no tienes por qué pagarla con Clara. ¡Ella no sabía que yo estaba casado! Es inocente. ¡Te lo he dicho muchas veces!"

Estaban en la mansión de la familia Martínez, la casa de los suegros de Raquel. Ella sabía que Bruno le presentaría su amante a su familia ese día, pero tenía noticias muy importantes que darle a Bruno, así que llegó sin invitación, esperando hablar con su esposo y hacerlo cambiar de opinión. Desafortunadamente para Raquel, fue Clara quien abrió la puerta.

"¡No la empujé! Ella se cayó por…" Raquel no pudo terminar sus palabras porque sintió un dolor en su abdomen. ¡Sintió tanta agonía que pensó que sus caderas se estaban rompiendo! Jadeando por aire y agarrándose el estómago, levantó la parte superior de su cuerpo del suelo.

Mientras Bruno acercaba a su amante hacia él, su madre, Beatriz Martínez, corrió en su dirección y le espetó a Raquel: "Si algo le pasa a mi nieto, ¡nunca te lo perdonaré Raquel! ¡Estuviste casada con Bruno durante cuatro años, pero no pudiste darnos un nieto! ¡Eres una estéril!"

"¡Yo no la empujé! ¿Prefieres creerle a Clara? ¿Acaso no he sido parte de esta familia durante cuatro años? ¡Todavía soy tu nuera!" Replicó Raquel.

"¡Ya no! ¡Perdiste ese privilegio al no poder darme un nieto! ¡No debiste haber venido aquí a causarnos problemas! ¡Ya aceptaste divorciarte de mi hijo!" Le gritó Beatriz. Luego, se volvió hacia su hijo y le ordenó: "Lleva a Clara al hospital rápidamente. ¡Necesitamos asegurarnos de que mi nieto esté a salvo!"

Raquel le lanzó una mirada mortal a su esposo. Por un momento fugaz, vio culpa en sus ojos, pero después de que Bruno vio a la mujer llorosa contra su pecho, salió corriendo de la mansión con Clara en sus brazos. No le importaba Raquel en absoluto.

¿Divorcio? Sí, Raquel y Bruno ya habían discutido sobre el divorcio dos semanas atrás.

De hecho, meses antes, su esposo durante cuatro años se había vuelto frío; sus besos eran cortos y sin sentimiento, ya no le hacía el amor. Llegaba tarde a casa todas las noches y le daba excusas, diciendo que atendía las inversiones de su familia, pero en realidad, estaba pasando tiempo con su joven amante.

¿Cómo descubrió la traición de su esposo?

Hace dos meses, recibió un correo electrónico anónimo que contenía imágenes de Bruno y Clara entrando a un hotel y compartiendo cenas a altas horas de la noche. En cada foto, se notaba claramente el afecto en los ojos de Bruno hacia la joven, una mirada que le recordó a la que una vez reservó solo para ella.

Junto con esas fotos estaba una copia de una escritura de venta de un condominio a nombre de Clara Montes. El correo también sugería que Clara y su familia se mudarían al lujoso hogar residencial al día siguiente.

Clara no tenía dinero, y ciertamente su familia tampoco. Ella era mesera en un bar KTV, por lo que Bruno obviamente había comprado el condominio para su amante.

Raquel irrumpió en el condominio al día siguiente, sorprendiendo a Clara y su familia mientras movían sus cosas. Naturalmente, su esposo también estaba en la unidad residencial y dejó caer una caja de platos en el suelo, sorprendido al encontrarse cara a cara con su esposa.

La traición de Bruno le causó un trauma emocional a Raquel, pero no podía descartar fácilmente cuatro años de feliz matrimonio. Por lo tanto, ambos habían estado tratando de arreglar su relación. Bruno incluso la llevó de vacaciones, intentando revivir su etapa de luna de miel, se expresaron sus sentimientos y prometieron superar esa infidelidad.

Sinceramente, Raquel pensó que podría salvar su matrimonio, pero dos semanas atrás, su esposo no regresó a casa una noche, sino que volvió a la tarde del día siguiente, diciéndole que Clara tenía dos meses de embarazo y que debía asumir su responsabilidad.

Ella no podría olvidar las dolorosas palabras que salieron de sus labios, ni la forma en que la miró a los ojos, con los suyos llenos de arrepentimiento. En ese momento, Bruno dijo: "Te amo, Raquel. De verdad lo hago, así que siempre tendrás un lugar especial en mi corazón, pero me di cuenta de que Clara tiene más peso. También la amo, y está embarazada de mi hijo, eso es lo único que tú no puedes darme, sabes que siempre he querido tener un hijo. Lo siento, Raquel. He decidido solicitar el divorcio, me casaré con Clara. Espero que algún día encuentres a alguien dispuesto a aceptarte tal y como eres."

Esa fue una bofetada en la cara porque era cierto, Raquel fue diagnosticada con una obstrucción congénita de las trompas de Falopio, lo que le impedía quedar embarazada. Se sometió a una cirugía hace un año y desde entonces, Bruno y ella habían estado intentando concebir.

Así fue cómo ocurrió todo, como terminó involucrada en una trágica historia de amor. Su esposo, amante y amigo durante siete años en total, eligió abandonarla por una mujer que conoció hacía apenas cinco meses... solo porque Clara estaba embarazada de su hijo.

"Raquel, necesitas irte," el padre de Bruno, Damián Martínez, le ofreció su mano. Después de ayudarla a ponerse de pie, le recomendó: "Ten un poco de dignidad. Te agradezco y respeto por el tiempo en el que fuiste una buena nuera, pero no toleraremos tus acciones de hoy. El niño que lleva Clara en su vientre, es inocente."

Los ojos de Raquel se abrieron con ira. Ella insistió: "Suegro, no…"

"¡Oh, basta ya!" La interrumpió Beatriz. "¿Por qué no puedes simplemente dejar esta familia con dignidad? ¿No puedes aceptar que Bruno está enamorado de Clara? ¡Solo sal de aquí! ¡Te llamaremos cuando los papeles del divorcio estén listos!"

El mayordomo de la mansión rápidamente agarró a Raquel y la arrastró hasta la puerta. Fue muy humillante para ella; había reunido todo su valor para estar allí, solo para resultar herida. Nadie estaba de su lado, ni su esposo, ni sus suegros, ni los empleados, y ciertamente tampoco el destino.

Raquel aun sentía su mejilla ardiendo por la cachetada que le dio Bruno, y un terrible malestar en el abdomen. A pesar de eso, se obligó a salir de la mansión de los Martínez en su BMW. Sin embargo, mientras rodaba por la carretera, el dolor en su estómago se volvió más intenso.

"¿Por qué tuve que venir?" Se regañó a sí misma mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. "¡Estúpida, Raquel! ¡Estúpida!"

Poco después, sintió que algo goteaba por sus piernas, cuando miró, ¡vio sangre!

El miedo se apoderó de su corazón y gritó: "No, no." Colocando una mano sobre su vientre, se lamentó: "¡Mi bebé!"

Le resultaba irónico.

Bruno quería divorciarse porque ella no había podido darle un hijo, pero durante la mañana de ese día, descubrió que tenía cinco semanas de embarazo.

Raquel se detuvo a un lado de la carretera, bajó las ventanillas y gritó pidiendo ayuda: "¡Por favor, alguien! ¡Ayúdenme! ¡Necesito ir al hospital!"

Mientras esperaba ayuda, continuó llorando, por lo que sus lágrimas nublaron su visión. Toda su miseria volvió a su mente de golpe: la traición de su esposo, el trato de sus suegros y, ¡el engaño detrás de la cara inocente de Clara!

"¡Ahhh!" Gritó con los puños apretados, "¿Por qué, Bruno? ¿Por qué?"

De repente, la puerta de su auto se abrió y los fuertes brazos de un hombre la cargaron contra su pecho.

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