Anna llega a casa junto a Sol y encuentra al pequeño en la cuna durmiendo, ella se preocupa de inmediato, ya que siempre está corriendo por todos lados.
—¿Se acaba de dormir?
—Sigue con virus y eso lo tiene algo cansado, pero la doctora ya lo revisó y dijo que no era nada para preocuparse.
Ella camina hacia la cuna y mira a su bebé con rostro de preocupación. Aún dormido se le pueden notar bolsitas debajo de los ojos, ella observa los medicamentos y le dice de una infusión a su madre. —Debo prepararla de inmediato.
—Tranquila hija, ya la preparé y él se lo tomó todo, mientras jugamos un divertido juego.
—Que bueno tenerte aquí conmigo, ahora siento más ligera la carga.
—Que bueno poder estar contigo y saber que estás fuera de esa garras.
—¿Él estuvo aquí cierto?
—Según él vino a ver a su hijo, y aunque en todo momento estuvo corriendo entre sus piernas, jamás volteo a mirarlo, actuó como si no lo conocía.
—Eso es Nelson, pero es lo que me mantiene junto a mi hijo. Imagino que si le gu