A Luis si le retumbaba la mente al pensar que la historia era real, la duda estaba en la cantidad, si todo era real o mintió en algunos detalles no terminaba de comprenderlo, sin embargo, contactó a los padres de los hermanos Bell para darles la noticia.
En un departamento de policía dedicado a encontrar asesinos y comunicar a familiares sobre allegados muertos, nunca terminaba de acostumbrar a los que trabajan, la oscuridad del trabajo si que los hacía más fríos como personas, sorprenderse para ellos iba más allá de una persona común y con cada llamada sentían que perdía parte de su humanidad.
- Buenas tardes ¿Hablo con el …? – dijo Luis.
- Si, soy yo ¿Pasó algo? – respondió el señor Bell.
- Llamo desde la policía, tengo que reportarle esta información, ya que es su familiar más cercano, encontramos el cu