De todos los momentos vergonzosos de mi vida, este era el que más deseaba desaparecer en el acto.

Mis manos sudaban, mi cara ardía, el aire no llegaba a mis pulmones....

Habrá pasado solo un segundo desde que Nathan abrió los ojos, pero lo sentí eterno. Tenía la sensación de que mis latidos era lo único que se escuchaba en todo el living. Inmediatamente quise alejarme de él, sin embargo, una mano en mi nuca detuvo mi movimiento. Y antes de que entendiera lo que había sucedido, nuestras bocas se unieron nuevamente. Sin ser consciente moví hacia atrás la cabeza y lo que conseguí fue un beso aún más intenso. Nathan al notar que ya no me resistía, pasó su mano de mi nuca hacia mi rostro.

Del susto, a la