—¡Triana, respóndeme! —Xavier miró a Triana con una expresión fría y severa.
—¡Ay, cállate! ¡Deja de hablar!
Triana se tapó los oídos, negándose a escuchar más. Porque la verdad era exactamente como Xavier había dicho. Pero ¿y qué? Si no fuera por la aparición de Xavier y Sonia, ¡ella no habría caíd