En la tranquilidad de la noche, Sonia usó una toalla para limpiar suavemente el cuerpo de Xavier. Luego tomó un taburete y se sentó al borde de la cama.
—Sonia, ¿no te cansas al sentarte así? —le preguntó Xavier con una expresión de preocupación.
—No, no me canso —respondió Sonia sacudiendo la cabez