—Xavier, eres un cobarde, ¡un pusilánime! —exclamó Carmen llena de ira, señalando la nariz de Xavier.
—Vinimos desde lejos por ti y, cuando enfrentamos el peligro, nos abandonas y ¡te escondes solo!
—¿Yo las abandoné? —Xavier se quedó totalmente atónito.
—¿Qué pasa, no lo admitirás?
Carmen se enojó